lunes, 24 de marzo de 2008
Explosión del Maine en Cuba
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• El 15 de febrero de 1898 explotó en el puerto de La Habana el acorazado Maine, buque de guerra de la armada norteamericana que vino a Cuba a proteger vidas e intereses de ciudadanos de ese país.
• La horrible explosión causó la muerte de 266 tripulantes, y abrió un capítulo no cerrado todavía en la historia de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos.
• Casual o provocada han sido las tesis en pugna. La mayoría de las evidencias, indican lo segundo. Pero mas allá de estas, lo real y evidente, fue que la voladura del Maine sirvió de pretexto para que el Gobierno del Presidente William Mc Kinley desatara la primera guerra imperialista de la historia y Cuba pasara de colonia de España a neocolonia de los Estados Unidos.
• En los días de hoy, el calificativo de acto terrorista le hubiera venido como anillo al dedo. Y es que, problema semántico a un lado, la filosofía yanqui sigue siendo la misma, copiada al calco de la de Maquivelo, en la que el fin justifica los medios.
• Los sucesos del Maine fueron las Torres Gemelas del siglo XIX. Si el repugnante acto del 11 de septiembre de 2001, sirvió para librar una cruzada mundial contra el terrorismo, el no menos repulsivo de 1898, resultó el vehículo ideal para apropiarse de Cuba, Puerto Rico, las Filipinas y las Islas Guam.
• Asegurado el pretexto del Maine, sobrevendría la Resolución Conjunta, documento demagógico que justificaba ante el muundo la intervención, las menos conocidas y secretas Instrucciones de Breckeringe, y finalmente la firma el 10 de diciembre de 1898 del Tratado de Paris, que convirtió a la Isla de Cuba de colonia española a neocolonia yanqui.
• Conseguida la justificación del derrumbe de las Torres Gemelas, vendría de inmediato la agresión a Irak, la inclusión de Cuba en la lista negra de países terroristas y más tarde el Plan Bush, y las más recientes amenazas a Irán.
• Semejanzas y veleidades de una historia de cinismo y agresiones que no ha cambiado de esencia, aunque las formas y los hechos, sean, en apariencia, bien distintos.
• El Maine, canalizó una política hegemónica y expansionista en la misma proporción en que las Torres Gemelas iniciaron una oleada de reacción y conservadurismo político.
• ¿Resultó un accidente lo sucedido hace 108 años en el puerto de La Habana? ¿Fue un acto organizado por una potencia del mal, en este caso, por la pérfida España? ¿Lo ejecutaron partidarios de la independencia de Cuba?
• Creo firmemente, que la imparcial historia dio ya su veredicto. Carlos Marx tenía razón cuando en el 18 Brumario de Luis Bonaparte afirmó que esta se repitía una y otra vez, en una ,como comedia, y en la otra, como farsa.
• Dejémonos de engaño: el Maine fue el escudo protector para desencadenar la primera guerra imperialista de la humanidad. Por tanto, no es un mero hecho del pasado a recordar a más de cien años de haber sucedido.
• Por sobre todo la voladura del Maine, resulta ante los ojos del mundo de hoy una palpable evidencia de que la rueda de la historia ha vuelto casi al mismo punto de partida, razones que explican los motivos por los cuales Cuba se mantiene alerta.
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• El 15 de febrero de 1898 explotó en el puerto de La Habana el acorazado Maine, buque de guerra de la armada norteamericana que vino a Cuba a proteger vidas e intereses de ciudadanos de ese país.
• La horrible explosión causó la muerte de 266 tripulantes, y abrió un capítulo no cerrado todavía en la historia de las relaciones entre Cuba y los Estados Unidos.
• Casual o provocada han sido las tesis en pugna. La mayoría de las evidencias, indican lo segundo. Pero mas allá de estas, lo real y evidente, fue que la voladura del Maine sirvió de pretexto para que el Gobierno del Presidente William Mc Kinley desatara la primera guerra imperialista de la historia y Cuba pasara de colonia de España a neocolonia de los Estados Unidos.
• En los días de hoy, el calificativo de acto terrorista le hubiera venido como anillo al dedo. Y es que, problema semántico a un lado, la filosofía yanqui sigue siendo la misma, copiada al calco de la de Maquivelo, en la que el fin justifica los medios.
• Los sucesos del Maine fueron las Torres Gemelas del siglo XIX. Si el repugnante acto del 11 de septiembre de 2001, sirvió para librar una cruzada mundial contra el terrorismo, el no menos repulsivo de 1898, resultó el vehículo ideal para apropiarse de Cuba, Puerto Rico, las Filipinas y las Islas Guam.
• Asegurado el pretexto del Maine, sobrevendría la Resolución Conjunta, documento demagógico que justificaba ante el muundo la intervención, las menos conocidas y secretas Instrucciones de Breckeringe, y finalmente la firma el 10 de diciembre de 1898 del Tratado de Paris, que convirtió a la Isla de Cuba de colonia española a neocolonia yanqui.
• Conseguida la justificación del derrumbe de las Torres Gemelas, vendría de inmediato la agresión a Irak, la inclusión de Cuba en la lista negra de países terroristas y más tarde el Plan Bush, y las más recientes amenazas a Irán.
• Semejanzas y veleidades de una historia de cinismo y agresiones que no ha cambiado de esencia, aunque las formas y los hechos, sean, en apariencia, bien distintos.
• El Maine, canalizó una política hegemónica y expansionista en la misma proporción en que las Torres Gemelas iniciaron una oleada de reacción y conservadurismo político.
• ¿Resultó un accidente lo sucedido hace 108 años en el puerto de La Habana? ¿Fue un acto organizado por una potencia del mal, en este caso, por la pérfida España? ¿Lo ejecutaron partidarios de la independencia de Cuba?
• Creo firmemente, que la imparcial historia dio ya su veredicto. Carlos Marx tenía razón cuando en el 18 Brumario de Luis Bonaparte afirmó que esta se repitía una y otra vez, en una ,como comedia, y en la otra, como farsa.
• Dejémonos de engaño: el Maine fue el escudo protector para desencadenar la primera guerra imperialista de la humanidad. Por tanto, no es un mero hecho del pasado a recordar a más de cien años de haber sucedido.
• Por sobre todo la voladura del Maine, resulta ante los ojos del mundo de hoy una palpable evidencia de que la rueda de la historia ha vuelto casi al mismo punto de partida, razones que explican los motivos por los cuales Cuba se mantiene alerta.
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